Buenas noches, Anita

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Buenas noches, Anita por María Otero Cobo se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Unported.
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BUENAS NOCHES ANITA
Para el Hospital Niño Jesús y todos los niños del mundo

Grupo de teatro Twister


  • ESCENA 1. PRESENTACIÓN
Luz encima de Anita y la lamparilla, el resto del escenario muy tenue.

MAMÁ: (voz en off) ¡Anita!
ANITA: (Sentada en la cama, con voz cansada) Sí mamá
MAMÁ (voz en off) ¿Te has puesto el pijama?
ANITA: Sí mamá
MAMÁ: (v.o) ¿Te has lavado los dientes?
ANITA: Sí mamá
MAMÁ: (v.o) ¿Te has metido en la cama?
ANITA: Sí mamá…
MAMÁ: (v.o)Muy bien, ¡Buenas noches Anita!
ANITA: Buenas noches mamá

Apaga la lamparilla. Empieza a dar vueltas en la cama.

ANITA: ¡Joe!, No puedo dormir… (Enciende la lamparilla. Empieza a mirar a alrededor pensativa) ¡Ya se! Leeré un cuento (Se ilumina todo el escenario tenuemente. Corre hacia el baúl y saca un libro. Se sienta en la cama). ¡Oh! Es un cuento con más cuentos dentro... (lee) Buenas noches Anita Creo que esté valdrá.

  • ESCENA 2. EL FLAUTISTA DE HAMELÍN.
Anita abre el libro

ANITA: ¡Mirad! El Flautista de Hamelín

Se abre el baúl y sale una luz de dentro. Se ilumina el escenario. Sale Flautista I con un sombrero en a mano y la flauta. Se levanta y se sacude. Anita se tapa con la sábana.

FLAUTISTA I: ¡Aquí estoy! (Sale del baúl y se pone a la derecha)
ANITA: ¿y tú quién eres?

Sale el Flautista II, con el sombrero y la flauta, se levanta y se sacude mientras el Flautista I le mira sorprendido.

FLAUTISTA II: ¡Ya estoy aquí! (Sale del baúl y se pone en el lado izquierdo)
ANITA: ¿y tú? ¿Quién eres tú?
FLAUTISTA I y II: El Flautista de Hamelín (al unísono)
ANITA: ¿Los dos?
FLAUTISTA I: No, yo soy…
FLAUTISTA II: No, yo sí que soy el flautista de Hamelín

El flautista I empieza a tocar, y el flautista II contesta. Inician una guerra musical, y acaban tocando juntos

ANITA: ¡Ey! Tengo una idea, por qué no sois los dos “El flautista de Hamelín”

Los Flautistas se miran, asienten con la cabeza

FLAUTISTA I y II: Está bien

Los Flautistas empiezan a sacar cosas del baúl.  Colocan los carteles de Hamelín y a dar vueltas buscando algo por el escenario con un mapa.

ANITA: (lee) El Flautista de Hamelín, Érase que se era, en una tierra lejana, existía una ciudad llamada Hamelín
FLAUTISTAS I y II: (mirando al público y dirigiéndose a ellos) ¡Hola! ¿Perdón, sabéis por dónde se va a Hamelín?
ANITA: (incitando a los niños) ¡Por allí!¡Por allí!
FLAUTISTA I: ¿Por dónde?
FLAUTISTA II: ¿No os oigo?
ANITA: ¡Por ahí! ¡Por ahí!
FLAUTISTAS I y II: (señalando cada uno hacia un lado) ¿Por aquí?
ANITA: ¡Por allí! ¡Mira el cartel!
FLAUTISTA I: (se gira hacia el cartel de Hamelín y le da a Flautista II en el hombro) ¡Ey! Mira, mira lo que pone ahí
FLAUTISTA II: ¡ah! Hamelín
FLAUTISTAS I y II: (se miran) ¡Vamos!

Los flautistas siguen el cartel y salen por la izquierda. Salen del baúl las ratas bailando. Se colocan por el escenario y sale el alcalde. Se baja la música. El alcalde se esconde dentro del baúl mirando hacia fuera.

ANITA: Resultó, que la ciudad de Hamelín se vio invadida por una desagradable plaga de ratas
ALCALDE: ¡Ratas! ¿Quién ha dicho ratas? (asustándose)

Entran las flautistas. Cruzan el escenario tocando. Se sitúan cerca de Anita y miran al alcalde de arriba abajo. Cuchichean.

FLAUTISTA I: ¡Buenos días! ¿Es usted el alcalde?
FLAUTISTA II: (mientras el alcalde mira con miedo alrededor) Venimos por lo de las ratas
ALCALDE: ¡Ratas! ¿Quién ha dicho ratas? (sale con miedo del baúl) ¡Estoy harto de ratas! Sueño con ratas, duermo con ratas, creo… ¡que hasta como ratas! No puedo más… ¿y vosotras quiénes sois?
FLAUTISTA I: somos, la solución…
FLAUTISTA II: a sus problemas
ALCALDE: ¿a mis problemas? ¿a las ratas?

Las flautistas asienten

ALCALDE: ¿Os vais a soñar con ratas? ¿a dormir con ratas, a comer… ratas?
FLAUTISTA I: ¡Mejor!
FLAUTISTA II: Nos las vamos a llevar
El Alcalde empieza a dar saltos y besos a las flautistas

ALCALDE: ¡Viva! ¡Viva! ¿Cuándo empiezan? (retorciéndose las manos)
FLAUTISTAS I y II: (frenando al Alcalde) ¡Eh!
FLAUTISTA  I: ¿En el cartel pone, que quién consiga llevarse las ratas de aquí, tendrá una recompensa de 10 coronas?
FLAUTISTA II: 10 coronas
ALCALDE: Em, sí bueno…
FLAUTISTA II: 10 coronas (vocalizando)

Las ratas empiezan a dar brincos por el escenario

ALCALDE: Sí, Sí, lo que sea, lo que sea, pero, ¡llévense las ratas de aquí por favor!
FLAUTISTA I: Una pregunta, ¿y por qué han venido las ratas aquí, a Hamelín?
ALCALDE: (empieza a ponerse nervioso y a tener calor) No se, no encuentro motivos (titubeando)
ANITA: Una vez aclarado todo con el alcalde, o eso parecía, los flautistas se pusieron manos a la obra

Mientras tanto el Alcalde se esconde en el baúl y Las flautistas se preparan para tocar. Las flautistas tocan y las ratas bailando las siguen. Dan rodeos por el escenario. Se paran en el lado izquierdo.

FLAUTISTA II: ¡Un momento! Ratas y ratitas, ¿Por qué habéis invadido Hamelín?
RATA I: ¿Qué por qué?
RATA II: ¡Por que el alcalde de Hamelín, nos ha echado de las cloacas!
RATA III: ¡Ha hecho un parking de 3 plantas para el nuevo centro comercial!
RATA IV: Eso, eso
FLAUTISTA II: ¡Qué injusto!
FLAUTISTA I: ¡Qué morro! Esto no puede quedar así
FLAUTISTA I: Llamemos al alcalde, par aclarar todos esto
FLAUTISTAS I y II + RATAS + ANITA: Ayudarnos, ¡Alcalde! ¡Alcalde!
ALCALDE: (Aparece con la boca llena, una servilleta al cuello y un montón de bolsas) ¡Qué pasa! ¡Qué pasa! Estaba de compras…
FLAUTISTA I: Señor alcalde, nos han dicho las ratas…
FLAUTISTA II: …que han invadido su ciudad…
FLAUTISTA I: …porque usted ha invadido la suya…
FLAUTISTA II: …construyendo un parking para el centro comercial
RATAS: un parking de 3 plantas
ALCALDE: Sí, sí, sí… ¿y qué? ¿A vosotras qué más os da? Si queréis las 10 coronas, llevaos a las ratas y punto
FLAUTISTA I: Eso no es así señor alcalde
FLAUTISTA II: Ellas tampoco están aquí por gusto
RATAS: Eso, eso
FLAUTISTA I: Usted se ha metido en este embolado
FLAUTISTA II: y usted va ha salir de él
FLAUTISTAS I y II: ¡Quédese con sus 10 coronas!

Las flautistas vuelven a tocar llevando de nuevo las ratas a la ciudad. El alcalde va tras ellas gritando.

ALCALDE: ¡Volved! ¡Volved! No podéis…

Las ratas le miran y se acercan a él. El Alcalde corre gritando y tirando las bolsas por los aires y se mete en el baúl. Las ratas salen riéndose por los laterales.

ANITA: Y colorín colorado, este cuento, se ha acabado (riéndose)

  • ESCENA 3. ¿A QUÉ SABE LA LUNA?
Se bajan las luces, dejando un foco tenue a Anita. Las ratas retiran los carteles de Hamelín.

ANITA: (Pasa una página del libro, se sorprende) ¡Ah! ¿A qué sabe la luna?, es algo que siempre me he preguntado, ¿a qué sabe la luna?... (pensativa) ¿Vosotros sabéis a qué sabe la luna? Siempre he querido saber a qué sabe…

Se enciende el foco de Sombras Chinescas . Anita lee.

ANITA: ¿Quién no soñó alguna vez con darle un mordisco a la Luna? Este fue precisamente el deseo de los animales de este cuento. Tan sólo querían probar un
pedacito pero, por más que se estiraban, no eran capaces de tocarla.

Se baja la música.

TORTUGA: Ey, señor Elefante, ¿qué haces a estas horas despierto?
ELEFANTE: No puedo dormir, llevo toda la noche con una cosa en la cabeza
TORTUGA: ¿Qué cosa?
JIRAFA: Buenas noches compañeros, ¿Qué os pasa que estáis desvelados a estas horas de la noche?
ELEFANTE: Le decía a Doña Tortuga que tenía una duda que no sabía solucionar
LEÓN: ¿Cuál es la duda que te inunda, querido Elefante?
MONO: Eso, dinos, Señor Elefante
ELEFANTE: Vosotros sabéis… ¿a qué sabe la luna?
RATÓN: Yo siempre he querido saber a qué sabe la luna, e incluso una noche, trepé al árbol más alto del bosque… pero no conseguí alcanzarla
JIRAFA: Quizás yo, que tengo el cuello más largo, si me estiro mucho, pueda llegar

La jirafa hace el intento sin conseguirlo

LEÓN: Quizás yo, que soy el rey de la Selva, pueda pedirle a la Luna que baje un poco para poder probarla. ¡Luna! Estás muy bonita esta noche, ¿Te importaría bajar para poder probarte?

Todos los animales miran la Luna, pero esta permanece inmóvil

MONO: Quizás yo, que salto mucho, pueda dar un salto muy grande y alcanzarla

El mono intenta saltar hasta la Luna, sin conseguirlo

ANITA: Después de darle muchas vueltas, la tortuga tuvo una genial idea
TORTUGA: Quizás entre todos podamos alcanzarla
ELEFANTE: Muy buena idea, señora Tortuga
ANITA: Todos los animales se pusieron de acuerdo para subirse unos encima de otros y hacer una torre para llegar hasta la Luna

Los animales se quejan unos de otros

JIRAFA: Vamos Ratoncito, sube, sube, y pregúntale a la Luna, si nos puede dar un pedacito

Los animales siguen quejándose. El ratón sube hasta arriba de la torre de animales.

RATÓN: Buenas noches Luna Lunera, nosotros, los animales del bosque, queremos saber a qué sabes, ¿Podrías darnos un pedacito de ti, para probarte?

La Luna se acerca al ratón y este coge un pedazo. Los animales van bajando poco a poco y se ponen en torno al ratón. Se va bajando el foco de las sombras chinescas y se oye a los animales en off.

ELEFANTE: Vamos ratón, pruébala y dinos, ¿A qué sabe la Luna?


ANIMALES: Ummm, ¡Qué rica!

Anita hace como que saborea un pedazo de Luna, y traga.

ANITA: Ummm, sí que está rica, sí (lee)  Esta es una historia de deseos que parecen, a primera vista, inalcanzables, como la luna, que sabe a… (Busca en las páginas, vuelva el libro) ¿a qué sabe ? (se encoje de hombros)

  • ESCENA 3. EL PRÍNCIPE Y EL ESCONDITE
ANITA: ¿Cuál será el próximo cuento? A ver, a ver… (lee) El príncipe y el escondite

Se oyen unas voces de dentro del baúl. Sale el príncipe y su madre detrás.

PRÍNCIPE: ¡Pero por qué eres tan pesada!
MADRE: Hijo mío, ya he mandado el comunicado al pregonero
PRÍNCIPE: (haciendo burla) Ya he mandado el comunicado al pregonero, ¡pues par qué lo mandas! Ya te he dicho que no quiero casarme con ninguna de esas chicas

Se oye alboroto. Salen las chicas por el lateral

PRÍNCIPE: ¡oh! ¡No!, ahí están
CHICAS: (saliendo a tropel, gritando) ¡Príncipe! ¡Guapo!
PRÍNCIPE: ¡Mamá!
MADRE: (pega un silvido) ¡Muchachas! Apártense (coge al Príncipe de la mano y se lo lleva)

Sale el pregonero y se sitúa en el centro de escena y lee el comunicado.

PREGONERO: Por orden del Rey y la Reina (sobre todo la reina) de Este reino en el que nos encontramos, me dispongo a informar que esta tarde a las 5:25 se procederá a la selección mediante la prueba que el príncipe escoja, de la futura esposa del príncipe.

Todas las chicas se ponen a gritar y a dar saltos y le arrancan de las manos el comunicado al pregonero. Se retiran a un lado en off.

PREGONERO: Dicho queda (sentado en el suelo. Se levanta, se sacude y se va colocándose el sombrero)

CHICA I: ¡Dios mío! ¡Dios mío! Me va a elegir a mi, soy la más guapa (empieza a dar saltos)
CHICA II: Sí, claro mona, eso es lo que tú quisieras… la elegida seré yo, es que no lo ves, soy la candidata perfecta
CHICA III: (acento argentino) ¡já! Pero vos que pensás remilgadas, al príncipe lo que le hace falta es, un poquito de marcha (ríe)
PADRE: Vamos hija, vamos, que no muerden (empujando a chica IV)
CHICA IV: Hola…
CHICAS I, II y III: Hola
CHICA II: ¿y tú quién eres?
CHICAS I y III: Eso, Eso
CHICA IV: Ves papá, si ya son muchas, alguna le gustará
PADRE: Hija no seas pesada, que si yo digo que vales, vales. Ale, un beso, vengo a por ti a las seis.
CHICA IV: ¡Papá!
CHICA III: No preocupes chata, será a mi a quién elija
CHICAS I y II: ¡já!

Las chicas se van hablando. Sale el pregonero.

PREGONERO: Marca el reloj las 5:25. Se presenta ante ustedes el Príncipe Guillermo

Las chicas bajan a primera fila de butacas y gritan desde abajo.

PREGONERO: ¡Silencio!
PRÍNCIPE: Muy bien, chicas, la prueba consistirá en esconderse
CHICAS: ¿En esconderse?
PRÍNCIPE: Sí, en esconderse. Pasareis de una en una, yo contaré hasta 10 con los ojos cerrados y tendréis que esconderos. La chica a la que no encuentre, será la elegida para casarse conmigo.
MADRE: Hijo, ¿estás seguro que esa será la prueba? ¿No prefieres escoger a la más guapa, o a la más alta, o la más…?
PRÍNCIPE: (contándola) La más inteligente madre, eso es lo que busco, a la más inteligente.
PREGONERO: Que pase la primera moza
CHICA I: (sube al escenario) Rosa Linda para servirle, señor príncipe.
PRÍNCIPE: Eh, muy bien, empiezo a contar. 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1… ¡voy!

Chica I se ha escondido dentro del baúl

PRÍNCIPE: Creo que vas a ser muy fácil de encontrar… (pregunta al público) ¿Dónde está?
ANITA: ¡Ahí! En el baúl, en el baúl
PRINCIPE: (guiñando un ojo) Es más, creo que ya se dónde estás (abre el baúl y la tiende una mano para salir)
CHICA I: ¡Jo! No es justo, has contado más rápido conmigo que con las demás
PREGONERO: Muy bien, siguiente participante
CHICA II: ¡yo!, ¡yo! (subiendo al escenario) Hola Principín (enrollándose el pelo) soy MariChabeli (le tiende la mano para que se la bese)
PRÍNCIPE: Encantado… (la choca los cinco) ¿estás preparada?
CHICA II: Cuando quieras, principín
PRINCIPE: 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… ¡voy!

La chica II le ha quitado el edredón a Anita y se ha cubierto con él. Anita está enfadada.

PRÍNCIPE: ¿Dónde estás? (mira hacia los lados y pregunta al público) ¿Dónde está?
ANITA: ¡Pues aquí! Debajo de mi edredón, hum.
PRÍNCIPE: ¿de verdad te parece eso  un escondite? (tira del edredón) Lo siento MariChabeli, te he pillado

Chica II sale corriendo y llorando de escena.

PREGONERO: A ver, la tercera candidata

CHICA III: (silva) Mamma mía, no solo tenés plata sino que estás rebueno. Yo soy Minerva, y vos?
PRÍNCIPE: Guillermo, eh…
CHICA III: Guishermo eh… (se va acercando poco a poco a él)
PRÍNCIPE: Muy bien, empiezo a contar, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1… ¡voy!

Chica III sale de escena

PRÍNCIPE: (al público) Ahora sí que tenéis que ayudarme, ¿dónde se ha escondido?
ANITA: ¡Por allí!
PRÍNCIPE: (recorre el escenario de lado a lado) ¿Dónde? ¡No la veo!
ANITA: Está fuera, ha salido fuera
PRÍNCIPE: ¿Fuera? Eh! Minerva, no vale salir fuera, es trampa
MINERVA: (se asoma) ¿Y es que las normas no están para romperlas?
PRÍNCIPE: Uf! Lo siento Minerva, estás descalificada
MINERVA: Está bien, vos verás (le da un beso en la mejilla al Príncipe)
PRÍNCIPE: Ves mamá, ninguna es adecuada para mi
MADRE: Pero hijo…
PREGONERO: (Carraspeando) Si me permite, señorito, aún queda una candidata
PRÍNCIPE: (mirando a su madre que pone ojitos) Está bien, llámela
PREGONERO: La siguiente y última candidata
CHICA IV: Hola buenas tardes, soy Diana
PRÍNCIPE: ¿Diana sin más?
CHICA IV: Sí, Diana a secas… (dándose la vuelta) Pero vamos, yo en realidad no quería…
PRINCIPE: ¡No! Quédate por favor… tardaremos poco, contaré rápido esta vez. Venga empiezo, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y… 10, ¡voy!

La chica IV se ha escondido tras él.

PRÍNCIPE: ¿Diana? (empieza a caminar, y ella detrás) No te veo, ¿dónde estás?
ANITA: Detrás de ti, detrás de ti
PRÍNCIPE: (se gira y no ve nada. movimiento) ¿Dónde?
CHICA IV: ¿Te rindes?
PÍNCIPE: Sí, ¿dónde estás?
CHICA IV: (le toca la cabeza) Justo detrás de ti, hay que saber mirar más allá de tus narices (ríe. Se miran y se dan la mano. Salen de escena jugando al pilla-pilla, y la madre detrás)
PREGONERO: Informo a todos ustedes y los que no están, que el Príncipe Guillermo… ha encontrado la candidata perfecta
ANITA: ¡oh! ¡Qué bonito! Es verdad, muchas veces nos empeñamos en buscar las cosas en los sitios más difíciles, y luego están donde menos te lo esperas.

  • ESCENA 4. EL PRINCIPITO (texto del cuento de Antonie de Saint- Exupéry)
Salen bailarinas y El principito del baúl. Éste con una flor de globo y un cuaderno con un lápiz. Termina la canción se sacude y se acerca a Anita.

PRINCIPITO: ¡Hola! ¿Me dibujas un cordero?
ANITA: ¿y tú quién eres?
PRINCIPITO: Soy el principito, ¿me dibujas un cordero?
ANITA: No se dibujar muy bien
PRINCIPITO: No importa, dibújame un cordero, por favor
ANITA: (El principito le da el cuaderno y ve el dibujo) ¡Wo! Como mola, es una boa comiéndose un elefante (enseña el dibujo y dibuja el cordero)
PRINCIPITO: ¡Gracias! Es perfecto
ANITA: (pasa de página) El principito… (lee) ¿De dónde vienes?
PRINCIPITO: Vengo de viajar por muchos planetas
ANITA: ¿ah, sí?, ¿y en qué planetas has estado?
PRINCIPITO: Léelo, y te lo iré contando
ANITA: El segundo planeta que visitó el Principito estaba habitado por un vanidoso

El Vanidoso sale del baúl cantando y esperando aplausos y dando las gracias

VANIDOSO: ¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme!
ANITA: Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.
PRINCIPITO:¡Buenos días! ¡Qué sombrero tan raro tiene!
VANIDOSO: Es para saludar a los que me aclaman. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí.
PRINCIPITO: ¿Ah, sí?
VANIDOSO: Golpea tus manos una contra otra

El principito aplaude y el vanidoso le saluda modestamente levantando el sombrero.

ANITA: A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego.
PRINCIPITO: ¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? -preguntó el principito.
ANITA: Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas.
VANIDOSO: ¿Tú me admiras mucho, verdad?
PRINCIPITO: ¿Qué significa admirar?
ANITA: Eso, ¿qué significa admirar?
VANIDOSO: Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta.
PRINCIPITO: ¡Si tú estás solo en tu planeta!
VANIDOSO: ¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!
PRINCIPITO: ¡Bueno! Te admiro (encogiéndose de hombros) pero ¿para qué te sirve?
PRINCIPITO: (mientras se va) Definitivamente, las personas mayores son muy extrañas

El vanidoso sigue a su aire y el principito se va. El vanidoso baja en el baúl dando las gracias.

ANITA: El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan abstraído que ni siquiera levantó la cabeza a la llegada del principito.

Sale el Hombre de negocios con una calculadora, un cigarro apagado y un cuaderno. Entra el principito.

PRINCIPITO: ¡Buenos días! Su cigarro está apagado
H. DE NEGOCIOS: Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días! Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidosmil setecientos treinta y uno.
PRINCIPITO: ¿Quinientos millones de qué?
H. DE NEGOCIOS: ¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de… ya no sé… ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías!... Dos y cinco, siete…
PRINCIPITO: ¿Quinientos millones de qué?
H. DE NEGOCIOS: (levanta la cabeza) Desde hace cincuenta y cuatro años que habito este planeta, sólo me han molestado tres veces. La primera, hace veintidós años, fue por un abejorro que había caído aquí de Dios sabe dónde. Hacía un ruido insoportable y me hizo cometer cuatro errores en una suma. La segunda vez por una crisis de reumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio, pues no tengo tiempo de callejear. Soy un hombre serio. Y la tercera vez... ¡la tercera vez es ésta! Decía pues, quinientos un millones…
PRINCIPITO: ¿Millones de qué?
H. DE NEGOCIOS: (suspirando y sin mirar al principito) Millones de esas pequeñas cosas que algunas veces se ven en el cielo.
PRINCIPITO: ¿Moscas?
H. DE NEGOCIOS: ¡No, cositas que brillan!
PRINCIPITO: ¿Abejas?
H. DE NEGOCIOS: ¡No! Unas cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes. ¡Yo soy un hombre serio y no tengo tiempo de desvariar!
PRINCIPITO: ¡Ah! ¿Estrellas?
H. DE NEGOCIO: Eso es… Estrellas.
PRINCIPITO: ¿Y qué haces tú con quinientos millones de estrellas?
H. DE NEGOCIOS: Quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. Yo soy un hombre serio y exacto.
PRINCIPITO: ¿Y qué haces con esas estrellas?
H. DE NEGOCIOS: ¿Que qué hago con ellas? 
PRINCIPITO: Sí.
H. DE NEGOCIOS: Nada. Las poseo.
PRINCIPITO: ¿Que las estrellas son tuyas?
H. DE NEGOCIO: Sí.
PRINCIPITO: ¿de qué te sirve poseer las estrellas?
H. DE NEGOCIOS: Me sirve para ser rico.
PRINCIPITO: ¿Y de qué te sirve ser rico?
H. DE NEGOCIOS: Me sirve para comprar más estrellas si alguien las descubre.
PRINCIPITO: ¿y qué haces con ellas?
H. DE NEGOCIOS: Las administro. Las cuento y las recuento una y otra. Es algo difícil.
PRINCIPITO: Imagino…

El H. de negocios se queda haciendo cuentas mientras el principito se va. Sale del baúl y sigue haciendo cuentas.

PRINCIPITO: Las personas mayores, decididamente, son extraordinarias

El principito sale de escena.

ANITA: En el último país el principito se encontró con un comerciante

El comerciante sale del baúl dando voces con un cartel. Entra el principito.

COMERCIANTE: ¡Vendo, vendo! El remedio a la sed, ¡vendo! ¡vendo!
PRINCIPITO: ¡Buenos días!
PRINCIPITO:¡Buenos días muchacho!
ANITA: Era un comerciante de píldoras perfeccionadas que quitan la sed. Se toma una por semana y ya no se sienten ganas de beber. 
PRINCIPITO: ¿Por qué vendes eso? 
COMERCIANTE: Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
PRINCIPITO: ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
COMERCIANTE: Lo que cada uno quiere...

El comerciante sigue dando voces. El principito se va.

PRINCIPITO: Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos -pensó el principito- caminaría suavemente hacia una fuente...

El principito sale de escena

ANITA: Realmente lleva razón, las personas mayores son los seres humanos más raros que he visto nunca.

Se baja la luz y queda iluminada la escena de Anita.

  • ESCENA 5. ESPERANZA

ANITA: Pero ¿sabéis qué? Tengo la esperanza de que algún día, los alcaldes y gobernantes hagan lo que tienen que hacer, la esperanza de que algún día, entre todos, podamos ayudarnos y alcanzar a probar a qué sabe la luna, y la esperanza de que busquemos en las personas lo que de verdad importa y sepamos ver más lejos de lo evidente, la esperanza de que algún día nos demos cuenta de que lo esencial, es invisible a la vista… (bosteza y empieza a dormirse) La esperanza de que algún día entre todos, podamos cambiar el mundo… (se duerme)

 Se empieza a iluminar todo el escenario. Empieza la Canción.

TODOS: Buenas noches Anita

Apagón.

FIN







1 comentario:

  1. BUENAS NOCHES ANITA

    - Está obra fue creada y diseñada pensando en el lugar donde se va a estrenar, El Hospital Niño Jesús. Va dirigida y dedicada a todos los niños que la vean, ya que los niños, sin cuentos, son por desgracia, un poco menos niños… y ojalá pudiéramos hacerla llegar allá donde los niños, no pueden tener cuentos.

    - Buenas Noches, Anita, cuenta la historia de una niña, que como muchos otros niños, ¡no puede dormirse en la cama! Y después de dar muchas vueltas, decide leer un cuento para conciliar el sueño. Anita empieza a leer, y al empezar con el primer cuento… ¡sorpresa! Los personajes empiezan a cobrar vida y salen del baúl que hay en su habitación. Cada cuento tiene una pequeña moraleja, que se recoge al final en una pequeña reflexión que hace Anita, justo antes de quedarse dormida.

    - Buenas noches Anita es un cuento para la esperanza

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